En Chile los bosques del sur destacan por su atracción de mucha humedad desde el Océano Pacífico tornando toda el área rica en vegetación y recursos naturales, y en Sudamérica, la selva amazónica, cada uno de ellos haciendo su parte porque no nos falte agua, bombeando agua desde el mar hacia el continente por verdaderas arterias aéreas que los científicos han denominado ríos atmosféricos, aéreos o voladores.
En el planeta tenemos dos cuerpos de agua, el océano azul, que ya conocemos, y el océano verde, que son los bosques. La transpiración en los bosques es tan grande como en el océano, pero la condensación de las nubes en el bosque es mucho mayor debido al «polvo mágico», que son las partículas de olor de las plantas que están en el aire. Estas partículas son atraídas por el agua, o sea, buscan moléculas de agua en el aire y se juntan a la humedad de la transpiración de los árboles formando nubes!
Como la condensación es mayor en el bosque, la presión baja y absorve aire húmedo del océano. He aquí la bomba biótica. De ahí la Amazonía envía estas nubes en forma de ríos voladores hacia el sur del continente.
Si los conocidos ríos son como las venas que drenan el agua utilizada y la devuelven al mar, entonces los ríos aéreos son las arterias que llevan el agua fresca y renovada en la evaporación del océano.
Fuente: Árvore, ser tecnológico