La obsolescencia programada o planificada, es la técnica de fabricar todo tipo de cosas con debilidades a propósito que le hagan romperse de forma irreparable, y sólo puedan ser cambiadas por algo más nuevo y ojalá del mismo fabricante. Lo mismo vale para estándares de diseño de partes de los aparatos, por ejemplo: baterías del modelo anterior que no entran en el nuevo y deben ser botadas, enchufes que son cambiados cada cierto tiempo sin motivos muy importantes y obligan a comprar nuevos cargadores, adaptadores, y adaptadores de adaptadores… Y esto se repite en todas las industrias.
Trabajamos en gran parte para renovar y adquirir nuevos aparatos y objetos, que no necesitábamos necesariamente, pero que al echarse a perder de forma prematura, nos obliga a buscar uno nuevo, ya que es más difícil y caro repararlos. Esto además de tener que comprar otros aparatos que son lanzados al mercado cada año para que los nuevos que compramos puedan funcionar! …Así nos vamos atrapando en una vorágine viciosa de trabajo para comprar cosas que nos hacen trabajar más en vez de alivianarnos la vida… ¡Algo que contradice la esencia misma de lo que es tecnología!
Ejemplo: Los «power bank» o baterías externas. Los celulares actuales con pantallas gigantes no tienen opciones de bajo consumo (podría permitir apagarse la pantalla y sólo usar un visor pequeño para cosas más simples como saber quien llama). La baja duración de estos modelos onmipresentes de celular (Q.E.P.D celular tipo concha) obliga a comprar cargadores de carga rápida, baterías externas, y ni hablar del recambio de pantallas que de tan desprotegidas viven quebrándose al caer al suelo. Todo un mercado de accesorios que sobrevive gracias al mal diseño de los celulares.
Las impresoras vienen con un chip especial que las «mata» después de un número X de horas; los conectores y cargadores cambian de forma constantemente… Una verdadera esclavitud disfrazada de «libertad de mercado» porque las mismas industrias, en general monopolios, son las mismas que producen los repuestos para reparar dichos aparatos, y no los disponibilizan en el mercado o sólo de calidad inferior, dificultando o imposibilitando su reparación, así como el trabajo de los tan importantes técnicos reparadores, y con ello el mercado local de servicios… y así pueden ser identificados varios círculos viciosos que son como la metástais de un cáncer que mata lentamente nuestro planeta a base de extractivismo, consumo irresponsable y desechos tóxicos sin reciclar.
En defensa de estas industrias se podría decir que los nuevos modelos de recambio precoz facilitan más la vida de los usuarios y son más sustentables al gastar menos energía, pero esto es una verdad a medias porque si fuesen modulares y posibles de reparar, las nuevas tecnologías podrian ser introducidas en ellos por partes en talleres de reparación, favoreciendo la economía local, pero esta solución está fuera de la ecuación de monopolios que prefieren abarcar todos procesos productivos, y así maximizar sus ganancias.
El galardonado documental «La Conspiración de la Ampoyeta» (The Light Bulb Conspiracy) propone una reflexión de los gobiernos y también de los consumidores sobre la ética del modelo perpetrado por la industria en el último siglo.
Algunas películas sobre la Obsolescencia programada
Fabricados para no durar (Comprar, tirar, comprar) – (The Light Bulb Conspiracy)
https://www.youtube.com/watch?v=IkhwIHjBzjI
La Historia de las Cosas – la Obsolescencia Programada
https://www.youtube.com/watch?v=ykfp1WvVqAY
Créditos
Texto: Diego Weissel
Ilustración: Água, Sua Linda (Brasil)
Traducción de ilustración: Diego Weissel